Una persona adulta toma, en media, 35 mil decisiones diarias, consciente o inconscientemente. Por eso quiero hablar contigo acerca de un tema con el que me enfrento diariamente: nuestras elecciones profesionales.
¿Por qué elegimos la carrera que elegimos?
¿Por qué esta decisión es a menudo incorrecta?
¿Cómo descubrir si dicha profesión no es para ti?
¿Qué alternativas tienes para vivir de tus pasiones?
Pronto, muy pronto, antes de los 20 años, tenemos que definir cuál será nuestra carrera para el resto de nuestras vidas. Y, sí, es una decisión bastante injusta para alguien que solo sabe lo que va a comer… Por supuesto que existen los que ya han descubierto su pasión desde temprana edad, y los admiro por su increíble sensibilidad. Pero, si no te ha ocurrido lo mismo, bienvenido al equipo.
¿POR QUÉ ELEGIMOS LA CARRERA EQUIVOCADA?
Somos inmaduros para tomar una decisión
La primera y más obvia razón es también la más común entre los recién llegados a la edad adulta. Recuerdo la escuela secundaria, cuando se aplicaban muchas pruebas vocacionales y nos daban la “respuesta a todos los problemas”. Ledo error.
Como siempre he tenido curiosidad y aparentemente escribía bien, hice mi elección sin pensarlo dos veces: seré periodista. Tiempo después, en la universidad, descubrí que tendría que trabajar en algún periódico, revista o asesoría. A medida que pasaba el tiempo y avanzaba en los estudios, la desesperación se apoderaba de mí cada vez que recordaba que no me gustaba nada de eso. Tal vez ni siquiera me gustaba el periodismo. Pero no podía desertar, al fin y al cabo estaba casi finalizando los estudios y no era barato. ¿Qué haría yo si desertara? Lo peor que ni siquiera era buena en algo más allá de eso. ¿Tiraría todo por la borda? ¡Si hubiera sabido lo que venía, tal vez sí!
De hecho, nosotros no elegimos
Créeme, todavía es común que los padres “orienten” a sus hijos desde pequeños a elegir una carrera de acuerdo con sus deseos. Yo no los juzgo; quieren que sus hijos triunfen y tengan una gran calidad de vida. Ahora la situación es diferente, ya que nos encontramos con una diferencia de generaciones, y los jóvenes hoy en día tienen más opciones de carreras que sus padres antaño, gracias a un factor sencillo y sorprendente: el avance tecnológico.
No ir a la Universidad no es una opción
Este es un proceso tan natural en la sociedad que ni siquiera vale la pena ponerlo en tela de juicio. Además, no hay necesidad de analizar nuestro sistema educativo para llegar a la conclusión de que simplemente no hay formación para todas las profesiones posibles del mundo. Ningún blogger fue a la universidad para trabajar como blogger, ¿verdad?
Nuestra profesión de los sueños simplemente no existía
Enhorabuena a nuestra tecnología. Ella abrió tanto espacio para la innovación que algunas ocupaciones no existentes con anterioridad, están en boga en la actualidad . Analistas de marketing y de redes sociales, expertos en SEO, productores digitales, afiliados, desarrolladores de aplicaciones y analistas de big data eran profesionales poco conocidos o no existían hace 10 años. Y éste es un ciclo natural que va a seguir ocurriendo a medida que avanza la sociedad.
Éxito es sinónimo de mundo corporativo
O eso era lo que creíamos. Con los años fui descubriendo que el éxito es un factor íntimo y específico de cada persona. Algunos necesitan prestigio, reconocimiento y un sueldo alto para ser feliz, otros piensan que el éxito es hacer lo que más les gusta, independientemente de la rentabilidad financiera. Hay quienes sólo sueñan poder trabajar desde casa y pasar más tiempo con la familia. En verdad, la lista es grande y muy particular.
Cuando descubrí que aquella jerarquía congelada de grandes corporaciones no era para mí, por un momento pensé que había algo muy equivocado en ese mundo y que mis pasiones nunca encajarían en una rama de actividad. Afortunadamente, esa vez también estaba equivocada.
¿Qué podemos concluir? ¡Que es sumamente fácil elegir la carrera equivocada! Y tú no te debes echar la culpa por eso. Como se puede ver, hay muchos factores capaces de tergiversar nuestra decisión. Estás dispuesto a corregirla?