La honestidad es simplemente el respeto para con la verdad. Ser honesto es ser real, acorde con la evidencia que presenta el mundo y sus diversos fenómenos y elementos; es ser genuino, auténtico, objetivo.
La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás, que, como nosotros, «son como son» y no existe razón alguna para esconderlo.
Esta actitud siembra confianza en uno mismo y en aquellos quienes están en contacto con la persona honesta. Saber decir exclusivamente lo verdadero, aunque esa sea TU verdad, decir me equivoqué, saber reconocerlo, no mentir, no acostumbrarse a las mentiras piadosas… Te imaginás un mundo donde…
. La gente siempre devuelva aquello que se encuentra, ya sea dinero u objetos?
. Empresas cuyas publicidades no generen confusiones o engaños?
. Profesionales y empresas diciendo sus fuentes aplicando honestidad intelectual?
. Acceder a puestos laborales por mérito propio y si lo haces por conocidos poder reconocerlo?
. Aceptando cuando se ha cometido un error sin acudir a acusar a un tercero para justificarte?
. Contar los hechos tal cual sucedieron y no manipularlos con tal de cumplir con ciertas expectativas?
. Mostrarte ante el mundo tal cual sos, resaltándolo para que vean tus virtudes y también tus deficiencias?
. Reconocer los méritos ajenos, sobre todo cuando parecen propios?
. Admitir y reconocer que aquello en lo que se creía o defendía no era lo correcto?
Y podría seguir…
Pero a pesar de que los actos de honestidad parecen que hacen bien a todos, cada vez estamos más y más lejos de convivir en un ambiente así.
Y desafortunadamente en el marco Corporativo, muchas empresas no le prestan atención a los valores organizacionales. Vemos a diario que en la mayoría de nuestras sociedades, la corrupción y la falta de moral campean con total desfachatez…
Muchos jefes nos dicen que les gusta que su gente sea honesta con ellos, abierta y contributiva para el bien del ambiente y de los negocios. Por eso muchos dicen que se rodean de gente que les van a decir cosas que no quieren oír. Como discrepar de tus jefes no es fácil, si estos realmente quieren lo que dicen, es importante que sus equipos tengan la confianza de decir lo que piensan sin que le perjudique.
No obstante, parece que muchos jefes ni se dan cuenta de que lo que hacen puede perjudicar exactamente lo que dicen que quieren de sus subordinados.
Particularmente no fomentan un ambiente donde se premie al honesto. Largos años de trabajar en ambientes corporativos me han generado muchos problemas por transitar el camino de la honestidad…
Y tú, que experiencias has tenido?