Los celos son parte de la convivencia en todo tipo de entornos; y el laboral y profesional no son la excepción. Suelen despertarse debido a la envidia que alguien puede generar en cierto tipo de personas, que, incluso, pueden hacerle los días muy difíciles.
En un clima laboral saludable, la competencia es vista como un buen estímulo para sobrellevar los desafíos; en cambio, cuando los celos interceptan las relaciones se produce un cambio nocivo en la inter relación en el equipo, que necesita ser gestionado a tiempo.
¿De dónde provienen los celos? Como sabemos, los celos pueden llegar a ser enfermizos; y no solo contagian a las personas involucradas, sino a toda la organización. Para la psicología, surgen cuando una persona percibe un peligro (real o imaginario) y, como no sabe encauzarlo genera una serie de manifestaciones desde la emoción que pueden verse como irracionales ante los ojos de los demás. Bronca, rabia, ira, hacer malas jugadas y entrar en chismes son parte de sus manifestaciones. Suelen provenir de una enorme inseguridad interna e inmadurez de la persona que los siente, y que, en su afán de querer controlar al otro, al ver que éste se “escapa” de su dominio, manifiesta la emoción de la celotipia, el comportamiento asociado a los celos.
En el trabajo, las personas sienten celo por distinto tipo de situaciones, cuando perciben un daño en su ego: un ascenso, los logros de un equipo en particular, la llegada de alguien que es visto con atributos especiales para destacarse en algún área, la relación amistosa que un miembro de la empresa tiene con un superior, cuando se llama a cierta persona a solas y a puertas cerradas para una reunión de improviso, y las posibilidades de crecimiento cuando se promueve a alguien a un cargo, en detrimento de otros compañeros.
Por supuesto también aparecen los romances -ocultos o no- (o aquellos amores platónicos, deseados y no correspondidos…)
Convenientemente gestionados, estos celos pueden ser encauzados en forma natural.
Aunque, como imaginas, lo que sucede habitualmente es que desencadenan una catarata de emociones de las llamadas negativas, que enrarecen el ambiente, fomentan el chisme y disminuyen la productividad no sólo de la persona celosa, sino de todo el entorno, y hasta de la persona que es celada.
Siete propuestas para manejar los celos profesionales
Como será inevitable que aparezca esta emoción y sus comportamientos añadidos, es conveniente estar preparados para gestionar apropiadamente, e, incluso, salir bien parados de la experiencia.
Estas siete ideas pueden ayudarte:
Entender el mensaje oculto del celo, y aprender de la experiencia. La manifestación del celoso oculta inseguridad, miedo, decepción y frustración, entre otros aspectos. Si puedes ver estos aspectos -para lo cual necesitarás ir a fondo y observar detrás de lo que se muestra-, podrás entender (no necesariamente justificar) la posición del otro.
Colocándote en la posición de un aprendiz de la conducta humana, podrás diseñar acciones para mitigar el daño que intenta producir la persona celosa que está al acecho.
¿Real o aparente? Es importante detenerse a discernir si los celos son reales o son un capricho del momento. La diferencia entre lo real y lo aparente es que, muchas veces, las personas exteriorizan en los celos otro tipo de “pases de factura” por situaciones del pasado que no han sabido encauzar en su momento; de modo que, si buscas ir a ese punto en el tiempo, estarás empezando a desactivar esos celos que se manifiestan en el presente.
La comunicación asertiva es ideal en estos casos. Para encarar un diálogo franco es necesario prepararse y contar con la habilidad de escucha como herramienta fundamental. Asimismo, se requiere haber procesado internamente los sentimientos enojosos hacia el celoso, para que la conversación fluya y puedan arribar a un resultado ganar = ganar que favorezca a ambos y lime las asperezas. También puedes acudir a otra persona neutral para que los ayude como mediador.
Asumir la responsabilidad personal. Otro punto de partida es observar tus propias reacciones que podrían haber generado celos en otra persona. A veces los humanos nos comportamos en forma arrogante, o quizás no prestamos atención suficiente a alguien que lo único que quiere es recibir un poco de nuestro tiempo. Si es este el caso, lo mejor es hacer un mea culpa primero contigo y luego con esa persona, como una forma de mejorar la convivencia.
Promover la inclusión. Este aspecto es esencial si tienes posiciones de jerarquía, puesto que es recomendable que busques tomar decisiones equilibradas mirando la totalidad del equipo. Además, necesitarás experimentar a fondo tu capacidad de buen comunicador para que, cuando introduzcas modificaciones en el funcionamiento, por ejemplo, cambios, promociones de puestos y premios, sepas transmitirlo con toda la seguridad, claridad, transparencia y contundencia que se requiere. De esta forma evitarás los chismes y las situaciones de enojo, o, al menos, buscarás minimizarlas.
Ser ecuánime en el elogio y el reconocimiento. Un motivo frecuente de conflicto en las organizaciones es que los directivos suelen elogiar y reconocer a ciertas personas, aunque no lo hacen con todos. Es más sencillo observar a quien sobresale, y cargar a los demás con expresiones duras o impiadosas, o demasiada presión adicional. Un buen líder es aquel que sabe equilibrar las palabras de apoyo, el salario emocional y la compensación del estímulo que necesitan todas las personas. Como dice el dicho, “felicita en público, y llama la atención en privado”. Estas son oportunidades fabulosas para dar y recibir feedback de calidad.
Y para finalizar por hoy, una herramienta infalible para disminuir los celos profesionales y mejorar el clima interno en el trabajo:
Generar espacios de compartir. Otro aspecto por el que surgen los celos y la envidia es por los supuestos. Se presuponen muchas cosas, aunque pocas veces se toma el tiempo para analizarlas a fondo y chequear si son verdaderas. Las personas se basan en percepciones, por lo que, si bien será difícil que todos vean lo mismo de una situación determinada, sí es fundamental que se abra la comunicación interna de tal forma que, en ese fluir, los vínculos puedan profundizarse. Una excelente herramienta es crear espacios dentro del tiempo laboral -y por fuera también, si ello es posible- para que los miembros de los equipos se conozcan de otra forma; el “lado B” que todos tienen. Un hobby, los deportes, el arte, las películas, las familias… todos son temas que pueden acercar incluso a aquellos por los que alguien siente celos. Llevado al plano del trabajo, esto permitirá que el clima vaya mejorando paulatinamente, y que esa celotipia sea cada vez más espaciada.
Seguramente a ti te interesa tanto como a mí implementar las prácticas apropiadas para mejorar la calidad y productividad de los equipos: esto es esencial en los tiempos actuales. Muchas empresas ven caer su productividad por no saber cómo encauzar dilemas humanos, como los conflictos, los celos y la envidia en el trabajo.