Aprendimos algo?

Con incertidumbre, las empresas readecúan sus negocios a una nueva realidad post pandemia, que será más incierta, más pobre y más desigual.

Hace años que leo informes anuales de lo que hicimos y lo que falta por hacer, de lo que se espera y de lo que debemos estar atentos y preparados, pero creo que nunca vi un informe que pusiera énfasis en la posibilidad real de prepararnos para una pandemia…
Y así es que las empresas se encuentran hoy abocadas a dar continuidad de sus negocios y readaptar su propuesta de valor.

Estamos inmersos en infinidad de tareas de innovación, nuevos procesos, más indicadores, diferente comunicación, readaptaciones varias, humanización de la empresa y en muchos casos una gran cuota de resiliencia.
Con incertidumbre, las empresas adecúan sus negocios a una nueva realidad post pandemia, que ni siquiera saben cuál será.

Lo que si sabemos de la nueva realidad, es que será un mundo más incierto, más pobre y más desigual.

El gran desafío de las empresas una vez más será la de saber si hemos aprendido a liderar con las responsabilidades. Debemos liderar en los aspectos sociales y económicos.
También debemos considerar nuestro punto de partida. Quienes venían trabajando bien, seguramente seguirán haciéndolo; pero la mayoría no está en este casillero. El poder sobrevivir y el orden no parecen muy “amigos” y en nuestros países se venía haciendo el intento sólo por salir adelante…

Mientras que para algunas empresas la pandemia fue simplemente un acontecimiento que las ha potenciado, para otras fue un catalizador de cambios que les permitió avanzar e introducirse en nuevos escenarios que solo habían comenzado a explorar y para muchas otras firmas significó la parálisis de operaciones y ventas con pocas esperanzas por el futuro.

Pero como titulo la nota, para saber si aprendimos algo, debemos solamente estar atentos a si se producen cambios reales.
La necesidad de cooperación entre las compañías, a pesar de que deban competir debe ser una constante. En la cadena de valor hay un montón de eslabones donde es necesario cooperar para logran mayor beneficio ganar-ganar.

Otro aprendizaje es la imperiosa necesidad de incluir al sistema a millones de personas que hasta este momento trabajan y viven casi por fuera del mismo. Pues las desigualdades se agudizarán y eso es algo que las empresas que trabajamos y vivimos del mercado debemos siempre considerarlo. No me refiero a hacer filantropía, sino a sacar el mayor beneficio de ese todo.

Aprendimos que es bueno ahorrar, aprendimos que no debemos a estar viviendo tan justos…

Aprendimos que hay empresas que son importantes de verdad y otras que se creían importantes pero realmente no lo eran…

Las ya tan usadas palabras de que es importante la salud y la educación, lo vemos tan real como repetido.

Líderes y mentores (reales) son los grandes ganadores también. Aprendimos a valorarlos y a ver el trabajo en equipo como algo que funciona de verdad.

Nos dimos cuenta que la cultura organizacional no es dónde tomamos el cafecito ni cada cuánto. Entendimos que los resultados de nuestro trabajo, la forma en que lo hacemos y el bienestar que nos genera, son los componentes reales de esa cultura. Allí es donde primó el cuidado de las personas y la comunicación, clave para tomar decisiones.

Todavía recuerdo que hace menos de 4 meses debíamos justificar la realización de capacitación online. Algunos potenciales clientes nos decían que preferían usar sus hermosas salas. Seguramente ellos también han aprendido.

El teletrabajo lleva décadas de justificación y miles de artículos desarrollados, pero ha sido este virus el que le dice a muchos que no es un objetivo para algún momento, es ahora!

Y lo anterior hizo que aprendamos a poner objetivos, a respetar ciertos procesos e inclusive a ser puntuales, nosotros que éramos los reyes de la impuntualidad.

Algunos se dieron cuenta ahora de la importancia del cliente. Entendieron que es central y que es primordial escuchar cuáles son sus nuevas necesidades y adecuar la propuesta de valor. Aprendimos que el cliente es un valor que cuidamos entre todos y que debe estar en el centro –en términos sociales y comerciales- apuntando a tener productos diversos y una estrategia flexible para acomodarse a la necesidad real de las personas.

Y a pesar del impacto negativo de este virus en muchísimos negocios, aprendimos a gestionar nuestras empresas de manera responsable. Los negocios inclusivos tendrán la oportunidad de reinsertar laboralmente a colectivos dejados de lado. Será necesario crear nuevas maneras de llegar al cliente y darle mayor importancia al impacto positivo de la inclusión y la protección del ambiente.

Espero que todos hayamos aprendido a tener mejores empresas y fundamentalmente a ser mejores seres humanos!

Hasta la próxima!

 

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junio 20, 2020
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