Venimos viendo desde hace bastante que el cambio está cambiando, ya que está pasando de ser un episodio ocasional que podía ser gestionado de forma discreta a un fenómeno continuo.
La supervivencia requiere estar en un estado de continua adaptación a nuevos contextos. Por tanto la tarea principal de los altos ejecutivos no es diseñar el gran plan de futuro sino crear la capacidad de la innovación permanente. La solución de hoy puede pasar de moda rápidamente.
Otro hecho fundamental consiste en que no podemos negar la realidad de que vivimos en un mundo cada vez más conectado y el cambio no depende estrictamente de nuestro control personal. Sea como resultado de las redes sociales, de la tecnología, de la innovación, de las migraciones globales o de las uniones geopolíticas es más complicado restringir la causa de un evento a una localización única. Los asuntos complejos y sistémicos requieren una respuesta que esté enraizada en nuestro deseo de colaborar a través de las fronteras tradicionales.
Liderar el cambio demanda una profunda capacidad de reconocer el sistema en su totalidad sobre la promoción selectiva de ciertas partes, creencias o intereses. Finalmente, hay que tener en cuenta la importancia del proceso de cambio. Dado que en el contexto cambiante actual es necesario que los líderes presten especial interés en cómo se van a implementar los cambios que proponen. Con mucha frecuencia se observa que éstos se ocupan sólo de lo que tiene que hacerse sin ninguna consideración hacia cómo deben hacerlo.
Por tanto, la capacidad de liderar los cambios se ha convertido en una competencia esencial para los líderes y que el liderazgo de alta calidad es el mayor determinante del éxito a la hora de abordar cambios.
El líder debe, en este enfoque del cambio:
a).- Aceptar la responsabilidad de crear la situación actual y de encontrar un nuevo camino. En la raíz de la percepción sistémica se halla la capacidad de ser consciente de cómo estás creando la misma situación que posteriormente tendrá que cambiar.
b).- Reflexionar constantemente sobre sus propias respuestas a su experiencia, incluyendo la proyección que tienen las necesidades e ideas de los demás sobre él, para no ser rehén de ellas.
c).- Iniciar, no esperar. Tener el coraje de singularizarse y comenzar algo nuevo aunque se pueda sentir vulnerable por ello.
d).- Generar confianza, asegurar la transparencia y fomentar la colaboración entre los distintos grupos de interés con él, especialmente promoviendo la cooperación entre pares y las redes y las plataformas de contactos.
e).- Cuidarse y reservar tiempo para el silencio y la desconexión del trabajo para “recargar baterías”, aunque sólo sea un paseo diario de 30 minutos.