Inteligencia Artificial, Emocional y las personas

Las organizaciones deberán dar fuerte apoyo a la creación de una cultura que valore la IE y se esfuerce por influir de manera constante y positiva en las tecnologías basadas en la IA.

 

A medida que las nuevas tecnologías automatizan tareas más tradicionales y rutinarias, los ejecutivos y empleados reconocen que las habilidades de Inteligencia Emocional (IE), como la autoconciencia, la autogestión, la conciencia social y la gestión de relaciones, serán un requisito clave para el éxito en los próximos años.

Mientras la demanda de capacidades de Inteligencia Emocional aumentará seis veces en los próximos cinco años, el reclutamiento y la capacitación en esta área no se han producido de igual manera, resultando en la incapacidad de muchas compañías para obtener los beneficios que ofrece la Inteligencia Emocional en términos de satisfacción de los empleados, generación de ingresos, menor desgaste y reducción de costos.

Hay un informe muy interesante de Capgemini «Inteligencia emocional: conjunto de habilidades esenciales para la era de la Inteligencia Artificial (IA)» que brinda una visión global de cómo las empresas perciben la IE y recomienda que combinen tecnología con talento para desarrollar competencias relevantes entre sus empleados.

Los principales hallazgos del reporte incluyen:

  1. A medida que la IA y la automatización se aceleran, la inteligencia emocional se está convirtiendo en una competencia imprescindible.
  2. Ante la automatización de las tareas más tradicionales y rutinarias, las organizaciones valoran más las habilidades de IE, desde la autoconciencia hasta la gestión de relaciones y comunicación. Los ejecutivos señalaron que los empleados necesitan desarrollar habilidades de IE para poder adaptarse a roles más orientados al cliente/personas (76%) y asumir tareas que requieren capacidades de IE que no pueden ser automatizadas (también 76%) como empatía, influencia y trabajo en equipo.
  3. El 61% de los ejecutivos encuestados mencionó que la inteligencia emocional se convertirá en una competencia «imprescindible» dentro de los próximos cinco años y 41% de los empleados sin funciones de supervisión comparten este punto de vista. En general, 83% de las organizaciones señaló que una fuerza laboral emocionalmente muy inteligente será un prerrequisito para el éxito en los años siguientes.

 

Por otra parte, la proporción de empleados que creen que sus habilidades son o serán redundantes debido a la automatización y la inteligencia artificial, ha aumentado un 10 por ciento en dos años. En general, el porcentaje de empleados que creen que sus habilidades son o serán redundantes en los próximos dos a tres años ha aumentado del 30% al 39%. Además, la proporción de millennials que comparten este sentir se ha incrementado del 40% al 50%. Evidentemente, los millennials son conscientes del impacto de la automatización y la IA, y están cada vez más preocupados porque consideran que absorberán el máximo impacto de la automatización.

Y a todo esto, las organizaciones que tienen empleados con alta inteligencia emocional están obteniendo beneficios significativos. En promedio, el 60% de las organizaciones encuestadas obtuvieron más del 20% de beneficios al tener empleados que muestran una alta IE.

Los principales beneficios cuantitativos incluyen: mayor productividad, mayor satisfacción de los empleados y mayor participación de mercado. El estudio estima que las organizaciones que realicen una inversión sostenida en IE tendrán un retorno de inversión de entre 2.2x y 4.4x cuando se contemplen sus efectos sobre los ingresos, la productividad, los costos y el desgaste.

 

Considera la habilidad matemática. Cada uno de nosotros nace con cierta capacidad para trabajar con las matemáticas, pero si no tomamos los cursos en la escuela dedicados a enseñar materias como álgebra, tendremos poca capacidad para encontrar formas de manipular variables y ecuaciones por nosotros mismos. Del mismo modo, con la inteligencia emocional hay una cierta cantidad de enseñanza y tutoría que puede ser útil. Podemos adquirir conocimiento en el área para aumentar la efectividad con la que las personas aplican su inteligencia»

John Mayer, profesor de psicología Universidad de New Hampshire.

Es bastante evidente que los procesos del personal en las organizaciones no se han adaptado para afrontar la era de las máquinas, especialmente para empleados sin funciones de supervisión.

Mientras que el 75% de las organizaciones indicaron que pueden desarrollar habilidades de IE en sus empleados, la gran mayoría de ellas no están brindando capacitación relevante para contribuir al logro de ese objetivo. Sólo 42% de las organizaciones brindan capacitación para la alta gerencia y el liderazgo, disminuyendo a 32% para la gerencia media y sólo 17% para empleados sin funciones de supervisión. Pese a que los empleados en roles sin supervisión son los más propensos a verse afectados por la automatización, menos del 40% de las organizaciones valoran las habilidades de EI durante la contratación o evalúan estas competencias en sus empleados existentes en puestos no supervisores.

También digamos que el mencionado reporte concluye que las empresas necesitan integrar la IE en sus diversas prácticas de personal y adoptar enfoques ascendentes y descendentes para crear una fuerza laboral de IE elevada mediante modificaciones a los procesos existentes.

Las organizaciones también deberán crear una cultura que valore la IE y se esfuerce por la mejora continua. Destaca cuatro áreas clave en las cuales las organizaciones deberían enfocarse para construir una fuerza laboral más emocionalmente inteligente:

> Personalizar los programas de aprendizaje existentes para integrar la IE y hacerlos accesibles para todos

> Modificar los procesos de reclutamiento para incluir la evaluación de la IE

> Aplicar un enfoque de IE al promover y premiar el talento

> Usar la tecnología y los datos para crear una fuerte cultura de IE

Las empresas son cada vez más conscientes de la necesidad de habilidades de inteligencia emocional, pero no se mueven lo suficientemente rápido para invertir en ellas.

Este nuevo estudio muestra tanto la necesidad de la IE a medida que las tareas rutinarias se automatizan, como los beneficios que las empresas pueden obtener al tener una fuerza laboral emocionalmente inteligente.

La experiencia de las empresas más exitosas en este aspecto muestra que las organizaciones deben priorizar la IE en el reclutamiento, capacitación y cultura para construir un equipo resiliente en un mundo cambiante.

 

Las personas, el motor de la inteligencia artificial

Desde la asistencia de voz en el coche hasta la formación de futuros violinistas, la inteligencia artificial (IA) está facilitando las tareas cotidianas de la gente, y en todas partes, por ejemplo dentro de la industria del marketing digital.

Las marcas anunciantes están aprovechando la gran capacidad de la IA para aumentar la eficiencia, especialmente cuando se trata del procesamiento de datos a gran escala y a alta velocidad. De hecho, una investigación nos muestra que el 64% de los anunciantes utilizan herramientas avanzadas para ajustar la precisión de la segmentación, con casi dos quintas partes (36%) de acuerdo en que mejora su ventaja competitiva y su productividad. Pero, a pesar de todo el enfoque que ponemos en las máquinas, también es importante no olvidar lo que los humanos pueden hacer por la IA.

Sin personal calificado, el poder de las tecnologías inteligentes para alcanzar los objetivos empresariales clave es limitado. Y es por eso que la inversión en talento sigue siendo importante, tal como mencionábamos al comienzo, cuando poníamos más foco en la necesidad de la IE.

Contradiciendo la narrativa estándar de la IA como una amenaza para el empleo, los trabajadores acogen con satisfacción la innovación tecnológica: no sólo el 63% cree que la IA beneficiará a su empleo a largo plazo, sino que el 88% también quiere más formación digital. Gran parte de este entusiasmo se debe a la capacidad de la Inteligencia Artificial para ahorrar tiempo y mano de obra.

Con herramientas inteligentes que proporcionan los medios para identificar audiencias objetivo, invertir directamente en medios de alto rendimiento y ajustar la estrategia en tiempo real, no es de extrañar que el 73% de los anunciantes piensen que la automatización es el mayor beneficio de la IA. Pero incluso la tecnología más inteligente necesita orientación para asegurar una evaluación y ejecución efectiva de los datos con las prioridades de la marca.

Hay muchas razones por las que ninguna empresa puede ser alimentada únicamente por la tecnología. Para empezar, la IA no es totalmente independiente. Los algoritmos básicos ejecutan programas fijos que resuelven problemas particulares con parámetros estrictos, escritos por personas. Incluso las máquinas y los sistemas de aprendizaje profundo son entrenados usando conjuntos de datos que necesitan ser etiquetados manualmente antes de que comience el análisis.

Luego está la cuestión del control de la entrada de datos. Como señala John Pickles, líder en optimización de marketing digital de Ford Europa: «Basura dentro significa basura fuera».

Las herramientas alimentadas con datos imprecisos producirán resultados inexactos que pueden llevar a los anunciantes a malgastar presupuestos e irritar a las audiencias. Además, las máquinas aún no pueden invertir dinero para entender las necesidades y objetivos específicos de las empresas. Por lo tanto, la monitorización humana y la personalización siguen siendo vitales para asegurar que las plataformas basadas en IA funcionen como deberían.

A pesar de la significativa progresión en la creación de campañas autónomas, la tecnología todavía carece de la imaginación necesaria para construir anuncios inspiradores que despierten la atención de la audiencia y se relacionen con ellos a un nivel personal y significativo.

Todo esto lleva a una conclusión principal: el éxito de la implementación de la IA depende de un cuidadoso equilibrio. En una industria cada vez más competitiva, los anunciantes necesitan plataformas inteligentes que les permitan evaluar los datos de manera eficiente y asegurar que la inversión se destine a puntos de contacto y comunicación que ofrezcan la mejor oportunidad de generar los resultados de negocio deseados. Pero definir cuáles deberían ser esos objetivos, mantener la tecnología en el buen camino y hacer conexiones individuales requiere el toque humano.

Y para lograr este equilibrio, deben invertir tanto en el fomento del talento como en el desarrollo tecnológico. Ese talento del que la IE forma una parte tan fundamental como desatendida en las empresas.

Iniciativas basadas en la capacitación en sus diferentes formas, marcan una gran diferencia en la cultura de la compañía y en la fuerza colectiva.

Al fomentar un entorno en el que el talento es libre de prosperar y aprender, la industria en general puede desbloquear todo su potencial, impulsar el crecimiento persistente de los ingresos y la creatividad y todo esto sin importar demasiado lo que pueda traer las próximas fases de la transformación digital.

Esperamos que te haya sido útil. Hasta la próxima!

noviembre 12, 2019
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